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La falta de vialidades alternas estrangula a la 20 de Noviembre

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Más de 20 mil personas utilizan esa vía para llegar al centro de la ciudad- Fraccionamientos residenciales sin accesos adecuados- Lo mismo sucede en la salida a Ario

Por Arturo Sierra Reyes, reportero

El pasado 13 de agosto murió  en la colonia 20 de noviembre el niño Edwin Eduardo, de 11 años de edad,  tras ser atropellado por un camión que transportaba tabique.

Los hechos, que consternaron a la comunidad, ocurrieron a las 8 de la mañana, exactamente frente a la entrada al fraccionamiento Acanto cuando el niño, según las versiones conocidas,  transitaba en una bicicleta.

Hay una versión en el sentido de que  un taxista imprudente salió sin precaución de dicho fraccionamiento. Para esquivarlo, el niño hizo un movimiento brusco en su bicicleta hacia el camión materialista que lo atropelló.

A raíz de esa tragedia los vecinos de ese rumbo realizaron manifestaciones de protesta, incluyendo el bloqueo temporal de la avenida, en demanda de medidas viales que reduzcan el riesgo de accidentes.

Para calmar la protesta las autoridades municipales  reaccionaron colocando señalamiento horizontal, es decir, pintaron de amarillo los machuelos y de blanco los topes que hay en esa calle.

Además, por lo menos hasta la semana antepasada, asignaron un agente de tránsito para cuidar la vialidad precisamente a la entrada del fraccionamiento Acanto.

Sin embargo, como lo plantearon los vecinos, el  grave problema vial que hay en esa parte de la ciudad no se soluciona pintando rayas en el piso ni colocando un agente en una vía que tiene kilómetros de longitud.

El problema de fondo, que no es de ahora sino de años atrás, aunque se ha ido agudizando con los años, radica en que la avenida o calle 20 de Noviembre se ha convertido en un serio cuello de botella que ha terminado por colapsar la vialidad.

Ante el crecimiento paulatino  e irrefrenable de la mancha urbana en esa parte oriente de la ciudad el número de vehículos que transitan por la 20 de Noviembre también se ha incrementado de manera incontrolable.

Cabe recordar que la colonia 20 de Noviembre, con cerca de un siglo de existencia, llegaba prácticamente hasta donde está la casa del Ing. José del Pozo, quien tenía la concesión del servicio de grúas. A su lado tenía, en lo que eran las orillas de la ciudad en ese rumbo, lo que se conocía como “El Corralón”, en donde las autoridades de tránsito federal depositaba los vehículos que chocaban o que se veían involucrados en algún incidente carretero.

De allí seguía  un camino estrecho que comunicaba a varias comunidades ubicadas al extremo oriente del municipio como El Ojo de Agua, La Ladera, Atacheo y Santiaguillo y otras más cercanas como Miguel Regalado y La Estancia de Amezcua.

A ambos lados del mencionado camino corrían y en algunos tramos corren canales de riego para las parcelas ubicadas a los lados de ese camino aunque esos canales terminaron por convertirse en drenajes.

Paulatinamente y a partir más o menos de los años setentas poco a poco los angostos bordos de los citados canales fueron invadidos por familias que allí levantaron viviendas improvisadas a base de materiales de desecho, viviendas que con el paso de los años fueron ampliando y mejorando.

Con el fin de poder disponer del mayor espacio posible, las viviendas se construyeron prácticamente a la orilla del camino sin dejar o dejando un espacio mínimo para banquetas.

LA INVASION

La invasión llegó a ser tal que la colonia 20 de Noviembre  llegó hasta el Dren General del Valle que cruza la ciudad por ese rumbo para unirse con la colonia Miguel Regalado, que a su vez se unió hacia el oriente con la población de La Estancia de Amescua, la cual tiene al libramiento como límite al oriente.

El crecimiento vehicular, propiedad tanto de los vecinos de los  asentamientos ubicados junto al camino como de los vecinos de las comunidades del extremo oriente del municipio congestionaron la vialidad.

A ello hay que agregar la inconsciencia de los vecinos que estacionan sus vehículos no solamente en doble fila sino sobre las angostas banquetas, lo que obliga a los peatones a transitar por el estrecho y congestionado camino.

Por si fuera poco y sin que haya autoridad que lo impida, también hay comerciantes irresponsables de ese rumbo que invaden totalmente las banquetas con sus puestos o con sus productos, hecho que también obliga a los vecinos a transitar por el camino.

Ese es, podría decirse, el conflicto interno, situación que se agudiza terriblemente en la parte en la que termina la avenida de tres carriles con camellón central. La avenida inicia en el monumento a Juárez y termina después del templo de San Antonio.

LA CARGA INSOPORTABLE

Pero a ese problema de vialidad interno se suma el problema más grave que radica en el crecimiento que en el oriente ha tenido la ciudad pues han surgido verdaderas nuevas ciudades, algunas ya ocupadas totalmente y otras en formación.

Se podría alabar el crecimiento urbano hacia ese rumbo de la ciudad y es loable dado que responde a la exigencia que se mantuvo por años para que la ciudad creciera hacia el oriente.

Sin embargo, por  componendas, por corrupción, por irresponsabilidad o por negligencia,  durante varias administraciones municipales anteriores se autorizaron en ese rumbo fraccionamientos que se han convertido en verdaderos dolores de cabeza.

Hacia esa parte oriente de la ciudad han surgido paulatinamente fraccionamientos como Villas del Magisterio, Villa Olímpica, Unidad Deportiva y en años más recientes Huertas de San Antonio,  Villas de San Antonio, Acanto Residencial, Hacienda Los Angeles, Fraccionamiento Las Flores, Villas de San José, Campestre San José, Quinta San Miguel, Hacienda del Valle, Monteolivo, El Mirador  y la antigua colonia Lindavista, zona en la que habitan más de 20 mil personas.

Por si fuera poco, están en formación otros fraccionamientos como el enorme fraccionamiento Kukútami que está partido a la mitad por la prolongación oriente de la avenida Ferrocarril que entronca con la avenida 2º de Noviembre. Otro más surge rumbo a Lindavista.

Prácticamente todos estos nuevos fraccionamientos, los que están en proceso y los que se ve que pronto se formarán, tienen su salida a la 20 de Noviembre, y se suman así a las colonias y comunidades ubicadas en el oriente del municipio que utilizan esa vía desde hace más de un siglo.

Pero aparte de que todos esos nuevos asentamientos humanos del oriente de la ciudad tienen a la 20 de Noviembre  prácticamente como única vía para salir al centro de la ciudad, las vías para entroncar con la 20 de Noviembre son infames.

La mayoría de fraccionamientos, tanto populares como “residenciales”, de ese rumbo tienen caminos estrechos y en ocasiones deteriorados para salir a la 20 de Noviembre.

El único fraccionamiento,  en construcción, que tiene acceso por una amplia avenida, además de la 20 de noviembre, es el fraccionamiento residencial Kukútami, pues lo cruza la avenida de la prolongación Ferrocarril pero lo tiene porque esa avenida se hizo con recursos del pueblo, es decir, no le costó un centavo a los fraccionadores.

Pero los demás, empezando por el fraccionamiento Huertas de San Antonio que está ubicado atrás del templo de San Antonio, tiene un acceso angosto, inadecuado y en malas condiciones por el que solamente puede pasar un vehículo pequeño a la vez. Esa misma entrada lleva al plantel de la UPN y a unas canchas deportivas.

Hay fraccionamientos que tiene accesos, siempre angostos, sobre la zona federal  como sucede con un fraccionamiento que tiene acceso por el camino del Dren General del Valle sin que se sepa si CONAGUA  dio la autorización.

Otro de los caminos más angostos y peligrosos es el que entronca en la 20 de Noviembre y que comunica a fraccionamientos como Lindavista y Monteolivo por el que diariamente transitan cientos de vehículos.

Pero también por ese camino transitan diariamente cientos de familias a pie o en bicicleta que exponen su vida pues el camino, además de angosto, no tiene ni acotamiento ni banquetas en la mayor parte del trayecto. Las personas tienen que transitar por el angosto camino.

Ese hecho ya ha costado vidas como se puede apreciar por la cruz y una bicicleta pintada de blanco colocada a la orilla del camino, lo que significa que allí fue atropellado y muerto un ciclista.

LA NECESIDAD DE VIALIDADES

Esa problemática vial que enfrenta la zona oriente de la ciudad, generada durante generaciones por el desorden y la falta de autoridad, obliga a que ahora las autoridades busquen una solución que no puede ser otra que  construir nuevas y adecuadas vialidades.

Lo primero que podrían hacer, si realmente se quiere empezar a atacar el problema de fondo, es obligar a los fraccionadores que han desarrollado conjuntos habitacionales en ese rumbo a que amplíen los verdaderos callejones que entroncan con la 20 de Noviembre.

El siguiente paso tendría que ser, como lo sugieren los vecinos, la construcción de avenidas alternas amplias que desahoguen la vialidad en la 20 de Noviembre.

La prolongación de la avenida Ferrocarril hacia el oriente fue planteada con ese propósito pero, al menos de momento, ha empeorado la situación porque parte del tráfico procedente del rumbo de la estación del ferrocarril busca salida al oriente por esa vía pero termina cayendo en la 20 de Noviembre.

El proyecto, puesto en marcha en la administración de Alfonso Martínez Vázquez, contempla la prolongación de esa avenida hasta entroncar con la carretera que conduce a Morelia.

Sin embargo  hasta ahora solamente llega hasta la 20 de noviembre y uno de sus amplios carriles ni siquiera pudo entroncar con la 20 de noviembre porque topa con una construcción. Ello implica que quienes circulan de poniente a oriente para entrar a la 20 de Noviembre tienen que invadir los carriles de quienes circulan de oriente a poniente.

Parte de la solución al problema vial en ese sector de la ciudad tiene que pasar por la continuación de la prolongación de la avenida Ferrocarril de acuerdo al proyecto original.

Pero, además, los vecinos plantean la construcción de una amplia avenida paralela al Canal Chaparaco,  la cual iría del camino  que va a Lindavista a la carretera Zamora-Morelia.

De hecho el desarrollador de un conjunto habitacional ya utiliza parte de la zona del canal como acceso pavimentado a ese fraccionamiento de tal suerte que  prolongándolo hacia la carretera Zamora-Morelia podría  dar salida no solamente  a quienes viven en ese conjunto habitacional sino también a vecinos de Lindavista y otras colonias nuevas del rumbo.

RUMBO A AIRO EL MISMO PROBLEMA

Pero el problema que se enfrenta en el oriente de la ciudad también se enfrenta en el poniente que tiene como única salida la avenida Juárez, que luego se convierte en el camino que conduce a Ario de Rayón.

La zona urbana desarrollada junto al camino que conduce a Ario tiene el mismo origen. Es producto de la invasión de las orillas del camino que en el lado norte colindaba también con un canal de riego agrícola.  De hecho ese canal, del que todavía hay algunos vestigios, es el Canal del Calvario.

La invasión de esa zona también data más o menos de la misma época de la invasión que se dio en las orillas del camino que conduce a las comunidades del oriente del municipio.

También como en el  oriente de la ciudad después surgieron fraccionamientos populares como el Miguel Hidalgo y el Generalísimo Morelos que son enormes.

Pero también como en el oriente y más o menos en el mismo período, en el poniente han surgido nuevos fraccionamientos, enormes, que son verdaderamente nuevas ciudades.

En este caso también sólo se cuenta con una vía de salida hacia el centro de la ciudad y esa vía es la avenida Juárez poniente y su prolongación que es el camino que conduce a Ario.

También en el poniente se han planteado opciones e incluso hay proyectos para nuevas vías  pero ello hasta ahora sólo ha quedado en proyecto. Uno de los proyectos es la construcción de una vía paralela al canal. Iniciaría en Los Espinos y entroncaría en el Puente de Tubos con el camino a Ario de Rayón.

Al crecimiento desordenado durante generaciones tiene que ponérsele fin pero también ir revirtiendo los problemas viales que han heredado los gobiernos municipales anteriores que  en ese sentido no cumplieron con el papel que les toca.

 

 

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