(Segunda parte)
Entrevista a Eduardo del Río: Rius
JG. Usted, como otros colegas, hicieron de la caricatura y la ilustración un proceso reflexivo y hasta pedagógico, pues gracias a sus obras muchos han tenido acercamientos claros a los grandes pensadores y han abordado temas que muchos intelectuales se empeñan en hacerlo con solemnidad. ¿Es la caricatura un medio o un fin para comunicar la elocuencia de las ideas?
R .Me parece es un poco de ambas, el añadido del humor vuelve el discurso más efectivo y como se trata de que la idea dé resultados, el discurso escuchado y comprendido, tenemos así que la gente prefiere una caricatura que una ilegible editorial llena de letritas. El humor es una rama, no reconocida, de la filosofía, y es la que más acepta el público.
JG. Usted es de Michoacán, un estado que imagino era muy distinto a lo que es ahora. ¿Qué retrospectiva tiene de ese lugar que en la actualidad se ve flagelado por la violencia, el narcotráfico y un gobierno fallido.
R. Siempre he sido enemigo de los nacionalismos y veo a Michoacán como una parte de México, azotada por los mismos problemas que se están dando en todos los estados. En Michoacán, sin embargo, se ha dado con un brochazo de humor que va desde los nombres de las bandas y grupos rijosos, hasta los gritos de “Viva Cristo Rey” y las delicias de los Nuevos Jerusalén que pueblan las tierras purépechas.
JG. ¿Cuáles cree que son los principales problemas de nuestro país y cómo, desde su perspectiva podrían solucionarse, tomando en cuenta el grado de descomposición social que parece existe en México?
R.Michoacán (enlazando un poco la pregunta pasada) forma parte de un pobre país que ya no tiene remedio, por más que le busco de buena fe, por dónde podríamos empezar a tratar de cambiar el país y la sociedad, no le encuentro por dónde. Tenemos encima como enormes piedrotas que siempre se atraviesan: negación que se ha hecho de nuestro pasado indígena y la forma en que hemos tratado a los indios, y la otra piedrota que nos impide cambiar, que es el catolicismo hipócrita en que nos metieron desde la conquista. Nunca hemos podido ser independientes ni soberanos, nunca. Nunca hemos tenido un sistema de justicia para todos, nunca se ha dado la democracia y, al parecer, nunca se va a acabar la corrupción. Tenemos un sistema educativo bien chafa, unos partidos políticos increíblemente corruptos e inútiles, una economía completamente dependiente de Estados Unidos, una caricatura de agricultura, una población que sueña con irse al norte, una clase media sin aspiraciones sumida en el consumismo y la mayoría de paisanos apendejados con la televisión y el fútbol; con altos índices de desnutrición somos campeones mundiales en obesidad y diabetes. Tenemos un ejército que nunca nos ha defendido de los abusos del poder, dependiente del pentágono, y nos hemos convertido, para abreviar, en una estrellita más del pabellón de las barras y las estrellas. ¿Por dónde empezamos para acabar con la corrupción, la impunidad, la ignorancia de nuestro pueblo, la demagogia de los políticos?
JG. ¿Algunas palabras más que quiera agregar, maestro?
Ahí se los dejo de tarea a todos los mexicanos que todavía creen en este país. Besos y abrazos a quien corresponda, de un zamorano (de Zamora, Michoacán), que nunca lo fue plenamente, pero que no se ha cansado de decir que nació en el mero Jardín del Teco.
Celebremos entonces al maestro Rius leyéndolo y siendo críticos con su pensamiento y obra.